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TODA RODILLA SE DOBLARÁ

Y TODA LENGUA CONFESARÁ

ANTE EL TRONO DEL JUICIO

 

(Actualizado el 19/5/10)

 

 

Vamos a leer dos pasajes importantes que tratan acerca de la relación del hombre con Dios:

 

Romanos 14:10-12:

10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.

11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.

12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

 

Filipenses 2:9-11:

9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;

11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

 

Vamos a examinar estos dos pasajes juntos porque tienen un lenguaje común y están muy íntimamente relacionados.

 

 

LA PRIMERA CUESTIÓN QUE VAMOS A EXAMINAR ES A QUIÉNES SE REFIERE EL ADVERBIO “TODOS” EN ROMANOS 14:10.

 

 

En Romanos 14:10, Dios, por medio del Apóstol Pablo, está hablándoles a los que estaban en la iglesia en Roma.  ¿De qué los está acusando Dios?

 

Dios está acusando a los que están en esa iglesia de juzgar a su prójimo.   Es a eso a lo que se hace alusión en Romanos 14:10.

 

Con respecto al hecho de juzgar a nuestro prójimo, Dios dice en Mateo 7:1-2:

 

1 No juzguéis, para que no seáis juzgados.

2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.

 

En Mateo 7:1-2, y en otros pasajes, Dios enseña que si, por naturaleza, acostumbramos a juzgar a otros, somos semejantes a los que no son salvos y es incluso probable que no lo seamos. 

 

Juzgar a otros es una actividad propia de los que no son salvos, pero no es una actividad propia de los verdaderos creyentes.

 

En Romanos 14:10, Dios está reprendiendo a los que están en la iglesia por juzgar a otros dentro de la congregación.   Juzgar a otros es una actividad muy común de aquellos que no son salvos.  En ese versículo, Dios, por medio del Apóstol Pablo, dice que “todos” compareceremos ante el tribunal de Cristo. 

 

Ese adverbio “todos” incluye a aquellos que están juzgando a su prójimo.  Ésa es la actividad propia de los que no son salvos.  En ese “todos” de Romanos 14:10, Dios incluye a los que no son salvos en la iglesia.  

 

Por lo tanto, cuando leemos en Romanos 14:10 acerca de la reprensión que Dios les hace a los que están en la iglesia en Roma por juzgar a otros, sabemos que Dios está hablándoles tanto a los incrédulos que están en esa iglesia como a los verdaderos creyentes.   Los incrédulos son los que juzgan a otros.

 

Los que no son salvos son los que mayormente juzgan a otros.  Y ellos están ciertamente incluidos en el adverbio “todos” de Romanos 14:10. 

 

A partir de la Parábola del Trigo y la Cizaña en Mateo 13, de los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis, y de otros pasajes también, nosotros sabemos que en cada iglesia del Nuevo Testamento había muchos incrédulos (o cizaña).

 

En Romanos 14:10, Dios está reprendiendo a los que están en la iglesia en Roma – incluyendo a los incrédulos o cizaña – y les dice que no deben juzgar a su prójimo.

 

Cuando leemos preguntas tales como éstas: - “Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano?”, podemos saber con certeza que Dios está dirigiéndose tanto a los incrédulos como a los creyentes que están en esa iglesia.

 

Por consiguiente, en la última parte de ese versículo, donde dice que  todos compareceremos ante el tribunal de Cristo”, nosotros sabemos que los “todos” a los que Dios se refiere incluyen a los incrédulos. 

 

Podemos estar seguros de que Dios incluye en ese “todos” de Romanos 14:10 a los que no son salvos.  Ellos son principalmente los que juzgan a su prójimo.

 

En el versículo siguiente, en Romanos 14:11, observamos que Dios comienza diciendo: - “Porque está escrito”.  Eso significa que Él va a referirse a algún otro pasaje de la Biblia y citarlo.  De hecho, Romanos 14:11 es una cita de Isaías 45:23.

 

HAY ALGUNOS QUE ARGUMENTAN QUE LA CITA DE ISAÍAS 45:23 DEMUESTRA QUE EL ADVERBIO “TODOS” EN ROMANOS 14:11 ALUDE SOLAMENTE A LOS VERDADEROS CREYENTES Y NO INCLUYE A LOS INCRÉDULOS.

 

Examinaremos ahora ese argumento:

 

Vamos a leer Isaías 45:22-25 para ver el contexto.   Leemos en ese pasaje:

 

22 Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.

23 Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.

24 Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados.

25 En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.

 

Vemos pues que en Romanos 14:11 se cita a Isaías 45:23.

 

Se ha argumentado que el adverbio “toda” en Isaías 45:23 se refiere únicamente a los verdaderos creyentes y no incluye a los incrédulos.

 

Ese argumento está basado en el versículo 22 que habla acerca de la salvación, y en la primera parte del versículo 24 y en todo el versículo 25 donde también se habla acerca de la salvación.

 

Sin embargo, tenemos que analizar Isaías 45:22-25 más de cerca.

 

El versículo 22 es en realidad un mandato para todos los seres humanos.

 

Todos los seres humanos deben mirar a Dios buscando salvación.  En último término, son únicamente los verdaderos creyentes los que serán atraídos hacia Dios.  Pero aun así, el mandato del versículo 22 se dirige a todos los seres humanos. 

 

Este mandato de mirar a Dios buscando salvación es semejante al que encontramos en Marcos 1:15, donde leemos:

 

Diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”.

 

El mandato de Marcos 1:15 va dirigido a todos los seres humanos.  Sin embargo, los verdaderos creyentes son los únicos que serán finalmente atraídos y será a ellos a los que Dios les dará el arrepentimiento. 

 

Del mismo modo, Isaías 45:22 está dirigido a todos los seres humanos, los cuales deben mirar a Dios buscando salvación.

 

 

Por lo tanto, Isaías 45:22 no es un versículo limitado únicamente a los verdaderos creyentes ni tampoco es un versículo limitado únicamente a los elegidos.  Es un versículo que le habla a toda la humanidad.

 

 

Hay algunos también que argumentan que como en la primera parte del versículo 24 se habla acerca de la salvación, eso significa que el adverbio “toda” en Isaías 45:23 alude solamente a los verdaderos creyentes.

 

Sin embargo, debemos analizar todo el versículo 24.  La segunda parte de este versículo dice: - “y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados”.   Esa parte se refiere a los que no son salvos. 

 

Por consiguiente, cuando leemos el adverbio “toda” en Isaías 45:23, no podemos determinar si ese adverbio incluye solamente a los verdaderos creyentes, a los cuales se alude en la primera parte del versículo 24, o si ese adverbio incluye a todos los seres humanos, de los que se está hablando en todo el versículo 24.

 

Como consecuencia de eso, a partir de Isaías 45:23 no podemos saber si el adverbio “toda” en ese versículo se refiere únicamente a los verdaderos creyentes o a todos los seres humanos.  Dios no nos da suficiente información en ese pasaje para que podamos determinarlo. 

 

Por tanto, Isaías 45:23 no es un texto que pruebe que el adverbio “todos” de Romanos 14:11 esté limitado solamente a los verdaderos creyentes.

 

 

Vamos a volver a examinar Romanos 14:10-12, donde leemos lo siguiente:

 

10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.

11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.

12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

 

 

Observen que Dios comienza el versículo 11 con la conjunción “porque”.  Esta conjunción relaciona lo que dice el versículo 11 con lo que se dijo en el versículo 10.

 

Dios estableció una verdad en el versículo 10.  Y luego, en el versículo 11, Él va a ampliar esa verdad por medio de la conjunción “porque”. 

 

En el versículo 10, Dios dice que todos – es decir, todos los seres humanos – deben comparecer ante el Tribunal.  Y a continuación, en el versículo 11, Él procede a explicar con mayor amplitud lo que significa “comparecer ante el tribunal de Cristo”.

 

El versículo 11 enseña que “comparecer ante el tribunal de Cristo” significa que la “se doblará la rodilla” a Dios y que “la lengua confesará a Dios”.

 

El versículo 11 está relacionado con el versículo 10 por cuanto da una explicación del mismo que está introducida por medio de la conjunción “porque”.

 

 

HAY ALGUNOS QUE ARGUMENTAN QUE 1 CORINTIOS 15:22 DEMUESTRA QUE NO PODEMOS RELACIONAR VERSÍCULOS TALES COMO ROMANOS 14:10 Y 11.

 

En 1 Corintios 15:22, leemos:

 

Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo Jesús todos serán vivificados.

 

En este versículo aparece dos veces el adverbio “todos”.  El primer “todos” se refiere a todos los seres humanos.  Todos los seres humanos murieron cuando Adán murió.  El segundo “todos” se refiere a todos los elegidos.  Solamente los elegidos serán vivificados.

 

En un solo versículo, pues, vemos dos veces el adverbio “todos”, pero esos dos “todos” son diferentes.  Basados en ese versículo, no obstante, ellos dicen que no podemos relacionar los adverbios “todos” y “toda” en pasajes como el de Romanos 14:10-12.

 

 

 Sin embargo, debemos siempre analizar el contexto de un versículo antes de sacar ninguna conclusión.

 

 

En 1 Corintios 15:22, Dios define cuáles son esos dos “todos” diferentes a los que Él se refiere. 

 

El primer “todos” alude a los todos “en Adán”.  El segundo “todos” alude a los todos “en Cristo”. 

 

Sí, podemos tener dos “todos” diferentes en un versículo si Dios los define de manera diferente. 

 

 

En 1 Corintios 15:22 Dios define que Él está hablando de un “todos” “en Adán” y de otro “todos” “en Cristo”.   Sin embargo, Romanos 14:10-12 está escrito de otro modo.   Cada pasaje debe ser examinado dentro de su propio contexto.

 

 

Vamos a examinar Romanos 14:10-12 otra vez.  Leemos:

 

 

10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.

11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.

12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

 

Mediante el uso de la conjunción “porque” al principio del versículo 11, Dios está diciendo que el versículo 11 explica más ampliamente lo que se dijo en el versículo 11.

 

Nosotros descubrimos que el adverbio “todos” en el versículo 10 se refiere a todos los seres humanos.  Los que no son salvos también son culpables de juzgar a su prójimo.

 

Por tanto, sabemos que el “todos” del versículo 10 alude a todos los seres humanos incluyendo a los que no son salvos. 

 

Y entonces, en el versículo 11, Dios establece una conexión con el versículo 10 mediante la conjunción “porque”.  La conjunción “porque” indica que en el versículo 11 Dios va a ampliar lo que Él dijo en el versículo 10.

 

Por consiguiente, el adverbio “toda” en el versículo 11 se relaciona directamente con el adverbio “todos” en el versículo 10.   Dios los conectó por medio de la conjunción “porque”, y de ese modo, Dios nos muestra que Él está hablando de un solo grupo de personas – a saber, de “todos” los seres humanos, o lo que es lo mismo, de “toda” persona.

 

Se trata de un solo contexto.  1 Corintios 15:22 define dos “todos”.  Pero, Romanos 14:10-12 es un solo contexto; es a un solo grupo de personas al que Dios está aludiendo.

 

 

El versículo 12 continúa hablando de “todos” los seres humanos o de “cada” persona.

 

 

Dios introduce el versículo 12 en el contexto de los versículos 10 y 11 cuando comienza diciendo: - “De manera que”.

 

El versículo 12 declara que “cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí”.

 

Hacemos esta pregunta: - “¿A quiénes se refiere la frase ‘cada uno’?”

 

Todos los seres humanos son responsables ante Dios.  Sin duda alguna, la frase “cada uno” en el versículo 12 se refiere a todos los seres humanos, tanto los que son salvos como los que no lo son.

 

Los que no son salvos deben dar cuenta o pagarle la cuenta a Dios por ellos mismos.  El Señor Jesús dio cuenta o pagó la cuenta por los verdaderos creyentes.  La frase “cada uno” en el versículo 12 se refiere, por tanto, a todos los seres humanos – a los que son salvos y a los que no lo son. 

 

 

A continuación citamos dos versículos donde se usa la misma palabra griega traducida como “cuenta” y en ambos se hace alusión al hecho de darle cuenta a Dios.

 

Mateo 18:23  Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas <3056> con sus siervos.

 

Si continuamos leyendo en Mateo 18 vemos que un siervo que no era salvo tuvo que dar cuenta de su acción pecaminosa.  Por tanto, Mateo 18:23 enseña que los que no son salvos también deben dar cuenta de sus acciones. 

 

 

1 Pedro 4:4-5:

4 A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;

5 pero ellos darán cuenta <3056> al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.

 

1 Pedro 4:4-5 dice que una persona que no es salva debe dar cuenta o pagar una cuenta a Dios. 

 

 

La Biblia enseña que todos los seres humanos, incluyendo los que no son salvos, son responsables ante Dios.  Por lo tanto, la frase “cada uno” en Romanos 14:12 se refiere a todos los seres humanos incluyendo a los que no son salvos.

 

 

Hemos visto, pues, que los adverbios “todos” y “cada” en Romanos 14:10 y 12 se refieren a toda la humanidad, incluyendo a aquellos que no son salvos.  Además, Dios usa palabras de enlace para relacionar los versículos 10, 11 y 12.  Por lo tanto, el adverbio “todos” en el versículo 11, y los adverbios “toda” y “cada” en los versículos 10 y 12, incluyen también a los que no son salvos.  No hay más que un contexto.  Dios está hablando de un solo grupo de personas.

 

Hasta aquí, hemos demostrado que los adverbios “todos”, “toda”  y “cada” en los versículos 10 al 12 están relacionados por medio de las palabras en enlace “porque” y “de manera que” y no están limitados únicamente a los verdaderos creyentes sino que incluyen también a los que no son salvos.  Isaías 45:23 tampoco limita lo que leemos en Romanos 14:10-12 solamente a los verdaderos creyentes.

 

 

Ahora bien, necesitamos examinar más de cerca lo que enseña este pasaje con respecto a lo que significa “comparecer ante el tribunal” y cuando ocurrirá.

 

Vamos a leer de nuevo Romanos 14:10-11:

 

10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.

11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.

 

En el versículo 10, Dios dice que todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.

 

Y a continuación, Dios conecta el versículo 11 con el versículo 10 por medio de la conjunción “porque”.

 

En el versículo 11, Dios explica qué quiere decir “comparecer ante el tribunal de Cristo”.

 

En el versículo 11, Dios enseña que “comparecer ante el tribunal de Cristo” significa que “ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios”.

 

Éste es un punto clave.

 

 

En el versículo 11, Dios define lo que significa “comparecer ante el tribunal de Cristo”.  Dios dice que eso incluye el hecho de que “toda rodilla se doble ante mí, y que toda lengua confiese a Dios”.

 

 

Esto nos lleva a hacer otra pregunta:

 

¿Es ahora cierto para los que no son salvos en este mundo que “toda rodilla se dobla ante mi, y que toda lengua confiesa a Dios?

 

La respuesta es un “no” categórico.  En este mundo, los que no son salvos no confiesan a Dios ni doblen su rodilla ante Él.

 

 

Por tanto, Romanos 14:11 todavía no se ha cumplido para los que no son salvos.  Habrá de cumplirse para los que no son salvos en el Día del Juicio.

 

 

Sin embargo, ahora surge otro argumento.

 

 

SE DICE QUE EL VERBO “CONFESAR” SE REFIERE ÚNICAMENE A LOS CREYENTES

 

Para responder a esta aseveración, tenemos que examinar el vocablo griego que aparece traducido como “confesar” en Romanos 14:11.   Este vocablo griego es algo diferente del verbo “confesar” que encontramos en algunos versículos que nos resultan familiares, como por ejemplo, en Mateo 10:32, en Romanos 10:9 y en 1 Juan 1:9.

 

El vocablo griego traducido como “confesar” en Romanos 14:11 y en Filipenses 2:11 también se halla en Lucas 22:6.

 

En Lucas 22:3-6, leemos:

3 Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce;

4 y éste fue y habló con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entregaría.

5 Ellos se alegraron, y convinieron en darle dinero.

6 Y él se comprometió <1843>, y buscaba una oportunidad para entregárselo a espaldas del pueblo.

El vocablo griego que aparece como “confesar” en Romanos 14:11 y en Filipenses 2:11 también se encuentra en Lucas 22:6 y está traducido como “se comprometió”.

 

En Lucas 22:3-6, Judas llegó a un acuerdo con los líderes judíos para traicionar al Señor Jesús.  Él fue a los principales sacerdotes y ellos se alegraron y acordaron o “convinieron” en darle dinero a cambio de su traición al Señor Jesús. 

En respuesta, Judas “se comprometió” o “confesó” estar de acuerdo con el convenio.

 

 Dios guió con sumo cuidado la escritura de la Biblia para que este vocablo griego traducido como “confesar” en Romanos 14:11 y en Filipenses 2:11 se aplicara también a un incrédulo, Judas.   Por consiguiente, la presencia de este vocablo griego aquí no significa que los “confesores” tengan que ser creyentes.

 

 

Y entonces, surge otro argumento:

 

SE DICE QUE A TRAVÉS DEL TIEMPO, LOS SERES HUMANOS SIEMPRE ESTÁN COMPARECIENDO ANTE EL TRONO DE CRISTO.

 

Es cierto que a través del tiempo, todos los seres humanos están compareciendo ante Dios como juez.  Dios gobierna a todos los seres humanos.   Él es el juez.

 

 

Sin embargo, la Biblia enseña que la comparecencia ante el Tribunal de Cristo, según se indica en Romanos 14:10-12 y en 2 Corintios 5:10, es algo especial que ocurre en un momento determinado y no que es algo continuo.

 

 

La palabra griega “bema” traducida como “tribunal” en Romanos 14:10 y en 2 Corintios 5:10, se usa solamente en la Biblia para referirse a un evento que ocurre en un momento determinado.  No se usa para referirse a un evento continuo ni a un proceso de juicio.  El acusado no tuvo que comparecer continuamente ante el “tribunal”.  El acusado compareció ante ese tribunal en un momento dado para recibir el castigo por acciones pasadas.

 

 

Esta palabra griega traducida como “tribunal” no se usa para referirse a alguien que comparece continuamente ante un juez; se usa más bien  para referirse a alguien que comparece ante el juez en un momento específico. 

 

 

Aquí hay algunos versículos que contienen esta palabra griega “bema”:

 

Hechos 18:12  Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal <968>.

 

Hechos 25:6  Y deteniéndose entre ellos no más de ocho o diez días, venido a Cesarea, al siguiente día se sentó en el tribunal <968>.

 

Hechos 25:10  Pablo dijo: Ante el tribunal <968> de César estoy, donde debo ser juzgado.  A los judíos no les he hecho ningún agravio, como tú sabes muy bien.

 

Hechos 25:17  Así que, habiendo venido ellos juntos acá, sin ninguna dilación, al día siguiente, sentado en el tribunal <968>, mandé traer al hombre.

 

En cada uno de los casos anteriores, y en cada versículo donde aparece esta misma palabra griega, la persona comparece ante el tribunal en un momento específico y no continuamente.

 

Vemos también que Jesús compareció ante el tribunal:

 

Mateo 27:19  Y estando él sentado en el tribunal <968>, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él.

 

Juan 19:13  Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal <968> en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata.

 

Jesús estuvo de pie ante el tribunal una sola vez a favor de los verdaderos creyentes y recibió la sentencia de condenación.  Jesús no estuvo de pie ante el tribunal continuamente.

 

 

Los seres humanos están continuamente ante Dios como juez.  Sin embargo, Dios usa esta palabra griega “bema” o “tribunal” para referirse a un momento específico en el cual puede dictarse una sentencia.  Por tanto, esta palabra griega no se usa para referirse a alguien que comparece continuamente ante el juez. 

 

 

Dios da otra prueba clave de que Romanos 14:10-12 no hace alusión a ningún evento continuo en este mundo.

 

Vamos a examinar de nuevo Romanos 14:10.  Leemos allí:

 

Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.

 

Observen que Dios dice que “todos compareceremos”.  Dios usa el tiempo futuro del verbo.

 

Algunas personas argumentan acerca del tiempo en algunos versículos de los Salmos y en otros pasajes de la Biblia y señalan que ese tiempo no está claramente definido.  Por ese motivo, ellos dicen que podemos ignorar el tiempo futuro en Romanos 14:10-12.

 

No obstante, en los Salmos y en otros pasajes, Dios habla de cosas que Cristo hará o que ya hizo.  Y por tanto, en algunas ocasiones los tiempos verbales resultan un poco confusos en los Salmos.  Además, la lengua hebrea, que es el idioma del Antiguo Testamento, no tiene más que dos tiempos verbales, y estos se definen de un modo algo diferente a nuestros tiempos verbales en español.

 

Por otra parte, la lengua griega sí tiene muy bien desarrollados los tiempos pasado, presente y futuro, al igual que ocurre en español.  En la lengua griega, el verbo “comparecer” en Romanos 14:10 aparece claramente en tiempo futuro.  En Romanos 14:10-12, pues, se está haciendo alusión a un evento futuro y no a algo que estaba sucediendo en el momento en que fue escrito.

 

 

Por lo tanto, podemos saber que Romanos 14:10 no dice que los seres humanos están compareciendo ahora ante el tribunal de Cristo.   Más bien, lo que ese versículo enseña es que en el futuro, los seres humanos comparecerán ante el tribunal.

 

 

Esto está de acuerdo con la verdad que vimos anteriormente en cuanto a que Dios usa esta palabra griega traducida como “tribunal” para referirse a un evento que ocurre una vez y no a un evento progresivo y continuo.

 

Si los seres humanos estuvieran compareciendo continuamente ante el “tribunal de Cristo”, Romanos 14:10 habría sido escrito en tiempo presente, y se leería de la siguiente manera:

 

Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos estamos compareciendo ante el tribunal de Cristo.

 

Sin embargo, no fue así como Dios lo escribió.  Dios escribió Romanos 14:10 utilizando el tiempo futuro del verbo, y eso indica que en el futuro, los seres humanos comparecerán ante el tribunal de Cristo.

 

 

DIOS USA EL TIEMPO FUTURO EN LOS TRES VERBOS DE ROMANOS 14:10-12, Y ÉL DICE QUE:

 

1.     Nosotros compareceremos ante el tribunal

2.     Toda rodilla se doblará y que toda lengua confesará

3.     Daremos cuenta ante Dios

 

 

Debemos leer la Biblia cuidadosamente.  No podemos ignorar los tiempos verbales ni ninguna otra información que Dios pone en un versículo.

 

 

Algunos pueden argumentar que nosotros podemos ignorar el tiempo futuro de los verbos en Romanos 14:10-12.  Pero, Dios usó el futuro en los tres versículos.  Si los seres humanos estuvieran compareciendo actualmente ante el tribunal de Cristo, el versículo tendría que decir: - “porque todos estamos compareciendo”.  No sería apropiado que dijera: - “porque todos compareceremos”.

 

 

EL HECHO DE QUE COMPARECER ANTE EL TRIBUNAL DE CRISTO SEA UN EVENTO FUTURO ESTÁ DE ACUERDO CON APOCALIPSIS 20:11-15.

 

 

Examinemos, pues, Apocalipsis 20:11-15 con la ayuda de Apocalipsis 21:1-1-2.   Vamos a analizar, en primer lugar, Apocalipsis 21:1-2, donde leemos lo siguiente:

 

1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.

2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

Apocalipsis 21:1-2 nos ayuda a entender el lenguaje de Apocalipsis 20:11-12.

En Apocalipsis 21:1, Dios nos dice que hay “un cielo nuevo y una tierra nueva”.

Dios también nos dice que “el primer cielo y la primera tierra pasaron”.  Eso significa que el primer cielo y la primera tierra fueron destruidos. 

2 Pedro 3:10-13 nos enseña que Dios destruirá los cielos y la tierra actuales y entonces, hará nuevos cielos y una nueva tierra.

Por tanto, lo que leemos en Apocalipsis 21:1 en cuanto a que “el primer cielo y la primera tierra pasaron” significa que el primer cielo y la primera tierra ya fueron destruidos.

 

Dios usa en Apocalipsis 20:11-12 un lenguaje paralelo al que Él usa en Apocalipsis 21:1-2.

 

Vamos a examinar Apocalipsis 20:11-15 con la ayuda de Apocalipsis 21:1-2.  En Apocalipsis 20:11-15, leemos:

11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.

15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

 En el versículo 11 vemos a Dios sentado en un gran trono blanco.  Dios es Quién está sentado en el trono.

A continuación, Él dice: - “de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos”.   Éste es un lenguaje similar al de la segunda parte de Apocalipsis 21:1, donde leemos: - “el primer cielo y la primera tierra pasaron”.

 

Este lenguaje de Apocalipsis 20:11 enseña que en este cuadro del Evangelio, la tierra y el cielo ya han sido destruidos, del mismo modo que ya han sido destruidos en el cuadro del Evangelio de Apocalipsis 21:1.

 

Entonces, comenzando en Apocalipsis 20:12, Dios presenta a los que no son salvos - a los muertos - de pie ante Él, y fueron juzgados y echados en el lago de fuego.  Eso ocurrirá después que la primera tierra y el primer cielo ya hayan sido destruidos.

 

Esto es paralelo a lo que leemos en Apocalipsis 21:2 donde dice que el cuerpo de los creyentes, la santa ciudad, descenderá del cielo; lo cual tendrá lugar después que el primer cielo y la primera tierra hayan pasado, como está descrito en Apocalipsis 21:1.

 

 

Con la ayuda de Apocalipsis 21:1-2, Apocalipsis 20:11-12 enseña que los que no son salvos comparecerán ante el trono de juicio o tribunal de Cristo después que este mundo ya haya pasado; y eso está de acuerdo con el tiempo futuro de los verbos en Romanos 14:10-12.

 

 

Vamos a considerar ahora otro punto importante.

 

 

COMPARECER ANTE EL “TRIBUNAL” NO SIGNIFICA NECESARIAMENTE QUE LOS QUE NO SON SALVOS TENGAN QUE PASAR POR LA EXPERIENCIA DE UN PROCESO DE JUICIO Y SER HALLADOS CULPABLES.

 

En el pasado, cuando nosotros leíamos acerca del hecho de comparecer ante el Tribunal de Cristo, pensábamos en un juicio formal en el que los que no son salvos serían hallados culpables y echados en el lago de fuego.

Sin embargo, el verbo “juzgar” no tiene por qué aludir a ningún juicio formal.  El verbo “juzgar” en el sentido más general se usa para referirse a la aplicación de la Ley de Dios.  A partir de lo que leemos en Romanos 14:10-12, el tribunal o trono de juicio podría no ser más que el lugar donde los que no son salvos tendrán finalmente que “confesar” o reconocer conscientemente que Dios gobierna sobre ellos y doblar la rodilla ante Él.  Eso, al menos, quiere decir que los que no son salvos tendrán que reconocer finalmente y de manera consciente que Dios gobierna sobre ellos. 

La misma palabra griega traducida como “tribunal” en Romanos 14:10 y en 2 Corintios 5:10 también se halla en los versículos siguientes:

Hechos 12:21  Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal <968> y les arengó.

En Hechos 12:20-22 leemos acerca de cuando el Rey Herodes se sentó en un trono y el pueblo lo alabó.  En el versículo 21, Dios usa la palabra “bema” o “tribunal” para referirse al hecho de que Herodes estaba sentado en un trono y presidiendo sobre el pueblo.

No hay nada en Hechos 12:20-22 que hable de un juicio en el que se pronunciara un veredicto.  En este pasaje se hace referencia únicamente al gobierno del Rey Herodes sobre el pueblo.  Dios hace alusión a ese evento presentando al Rey Herodes sentado en el “tribunal”.

 

Por lo tanto, Hechos 12:21 muestra que Dios puede usar la palabra griega “bema”, que se traduce como “tribunal”, para hablar del gobierno de un rey sin referirse a ningún juicio formal. 

 

Vamos a examinar otro versículo que contiene esta palabra griega traducida como “tribunal”:

Hechos 7:5   Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar <968> un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aun no tenía hijo.

Hechos 7:5 es un versículo muy inusual en el que no pensaríamos hallar la palabra “bema” o “tribunal”.  Sin embargo, este versículo nos ayuda a entender lo que Dios puede querer decir cuando habla de comparecer o aparecer ante el “Tribunal” de Cristo. 

En Hechos 7:5, Dios está hablando de Abraham y de la promesa que Él le hizo a Abraham de que él y su simiente (los verdaderos creyentes) heredarían los nuevos cielos y la nueva tierra. 

Dios está explicando que Abraham no recibió “ninguna herencia” en la tierra de Canaán, y está enseñando que la promesa hecha a Abraham no era para la tierra de Canaán cerca del Mar Mediterráneo, sino que la promesa hecha a Abraham y a los verdaderos creyentes es para los nuevos cielos y la nueva tierra. 

Dios lo explica en Hechos 7:5 diciendo: - “ni aun para asentar un pie”.  En lengua griega, esta frase contiene la palabra “bema” o “tribunal”.

Lo que Dios dice ahí es que Abraham no tuvo ningún “tribunal” en la tierra de Canaán, implicando que él recibiría un “tribunal” en los nuevos cielos y en la nueva tierra.  En los nuevos cielos y en la nueva tierra, lo que se pone de relieve no es que los creyentes serán jueces en la sala de un tribunal y dictarán sentencia, sino que los creyentes se sentarán en tronos junto con Cristo y gobernarán. 

En Hechos 7:5 se usa la palabra griega “bema”- que se traduce como “tribunal” – de un modo similar a cómo se usa en Hechos 12:21.  En ambos versículos, esa palabra “tribunal” que Dios utiliza no hace alusión a ningún juicio sino a la acción de gobernar.

 

Por lo tanto, la presencia de la palabra “tribunal” en Romanos 14:10 y en 2 Corintios 5:10 no significa que tenga que existir un juicio en el que los que no son salvos sean hallados culpables.  Más bien, esa palabra puede significar que Dios estará sentado en Su trono y gobernando sobre los que no son salvos cuando ellos finalmente tengan que confesar conscientemente que Dios sí gobierna sobre ellos. 

 

CUANDO EXAMINAMOS CUIDADOSAMENTE LOS VERSÍCULOS 10 Y 11 DE ROMANOS 14, VEMOS QUE EL LENGUAJE QUE DIOS USÓ EN ELLOS HACE QUE ESOS DOS VERSÍCULOS SE RELACIONEN ENTRE SÍ.

 

Dicen así:

10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.

11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.

 

El versículo 10 habla del tribunal, y Dios dice que “todos compareceremos ante el tribunal de Cristo”.

 

Y luego, Dios conecta el versículo 11 con el versículo 10 por medio de la frase “porque escrito está”.  Lo que Él está indicando, pues, es que el versículo 11 explica qué quiere decir el versículo 10 cuando habla de  comparecer ante el tribunal de Cristo”. 

El versículo 11 dice que “comparecer ante el tribunal de Cristo” significa que “ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios”.

 

A continuación citamos algunos versículos que contienen esa misma frase - “porque escrito está” - en la que se usan las dos palabras griegas que encontramos en Romanos 14:11:

Mateo 4:10  Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque <1063> escrito <1125> está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.

Mateo 26:31  Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque <1063> escrito <1125> está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.

Hechos 23:5  Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote, pues <1063> escrito <1125> está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo.

Romanos 12:19  No os venguéis vosotros mismos, hermanos míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque <1063> escrito <1125> está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.

Gálatas 3:10  Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues <1063> escrito <1125> está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

En cada uno de los ejemplos anteriores, y en todos los versículos que tienen esta misma frase, “porque escrito está”, la parte que viene después de la frase “porque escrito está da una explicación o una definición adicional de la parte que la antecede.  Las dos partes se concatenan.

Del mismo modo, la afirmación “ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios da la definición de lo que significa que “todos compareceremos ante el tribunal de Cristo”.

 

Por lo tanto, una lectura cuidadosa de Romanos 14:10-11 muestra que “comparecer ante el tribunal de Cristo” quiere decir que nuestra “rodilla se doblará ante Él, y que nuestra lengua confesará a Dios”.

Para que esto se cumpla, es necesario que los que no son salvos despierten y tengan conciencia en el Día del Juicio.  Nadie puede “confesar” a Dios a menos que esté consciente.

 

Hacemos otra pregunta:

 

¿“Confiesan a Dios” los que no son salvos en este mundo?

La respuesta es un “no” categórico.

Los que no son salvos hacen lo que ellos quieren y no “confiesan a Dios” – es decir, no confiesan el gobierno de Dios sobre ellos.  No le dan gracias a Dios por Su bondad para con ellos.  No alaban a Dios por Sus maravillosos atributos.  No se interesan en lo más mínimo por las leyes que Dios ha establecido para los seres humanos.  En este mundo, los que no son salvos no “confiesan a Dios”.

Sin embargo, en Romanos 14:10-11, Dios relaciona el “confesar a Dios” con el hecho de “comparecer ante el tribunal”. 

Es por eso que Romanos 14:10-12 está escrito en tiempo futuro.  Hoy en día, los que no son salvos no están “confesando a Dios” ni tampoco están “compareciendo ante el tribunal”.

 

Pero, en el Día del Juicio, los que no son salvos despertarán y recobrarán la conciencia y tendrán finalmente que “confesar a Dios” y tendrán que “comparecer ante el tribunal”.

 

Alguien podría argumentar que los huesos o el polvo también pueden “confesar” a Dios.

Sin embargo, cuando examinamos todos los versículos que contienen esta palabra griega traducida como “confesar”, vemos que todos ellos exigen que haya consciencia.

Todos los versículos que contienen esta palabra griega aparecen a continuación:

Mateo 3:6  Y eran bautizados por él en el Jordán, confesando <1843> sus pecados.

Mateo 11:25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo <1843>, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.

Marcos 1:5  Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando <1843> sus pecados.

Lucas 10:21  En aquella misma hora, Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo <1843>, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños.  Sí, Padre, porque así te agradó.

Lucas 22:6  Y él se comprometió <1843>, y buscaba una oportunidad para entregárselo a espaldas del pueblo.

Hechos 19:18  Y muchos de los que habían creído venían, confesando <1843> y dando cuenta de sus hechos.

Romanos 15:9  Y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito: Por tanto, yo te confesaré <1843> entre los gentiles, y cantaré a tu nombre.

Santiago 5:16  Confesaos <1843> vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, par que seáis sanados.  La oración eficaz del justo puede mucho.

Apocalipsis 3:5  El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré <1843> su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.

 

En cada uno de los casos anteriores se requiere que la persona que “confiesa” esté consciente.

 

Por lo tanto, es necesario que los que no son salvos despierten y tengan consciencia en el Día del Juicio para cumplir Romanos 14:10-12.

 

Vamos a considerar otro argumento:

HAY QUIENES DICEN QUE PUESTO QUE LOS QUE NO SON SALVOS NO SE ARREPENTIRÁN EN EL DÍA DEL JUICIO, ELLOS NO DOBLARÁN LA RODILLA NI CONFESARÁN A DIOS, Y POR CONSIGUIENTE, PUEDE CONCLUIRSE QUE EN ROMANOS 14:11 Y EN FILIPENSES 2:10-11 NO SE ESTÁ HABLANDO DE LOS QUE NO SON SALVOS.

Examinaremos este argumento cuidadosamente.

La Biblia enseña que en el Día del Juicio los que no son salvos no se arrepentirán.  Eso es lo que enseñan los siguientes versículos.

Apocalipsis 9:20-21:

20 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar;

21 y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.

Apocalipsis 16:9  Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.

Apocalipsis 16:11  Y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras.

 

Los versículos anteriores ayudan a confirmar el hecho de que los que no son salvos no se arrepentirán en el Día del Juicio.

En base a ese hecho, hay quienes argumentan que la afirmación que dice que “ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios” no se aplica a los que no son salvos.  Doblar la rodilla y confesar con la lengua, según ellos, es una señal de arrepentimiento. 

 

Debemos examinar la Biblia para determinar si la afirmación “ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios” significa  arrepentimiento.

 

Con vistas a responder a esta pregunta, tenemos que establecer, en primer lugar, cómo define la Biblia el arrepentimiento.

Para conocer la definición bíblica de las palabras “arrepentirse” o “arrepentimiento”, debemos examinar cómo Dios usa esas palabras en la Biblia.  A continuación citamos algunos versículos en los que Dios define estas palabras:

En Hechos 26:20, leemos:

Sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.

En Hechos 26:20 aparece en una ocasión la palabra “arrepentirse”, y en otra, la palabra “arrepentimiento”, y eso le da una importancia adicional a esa palabra en este versículo.  Dios dice que hay arrepentimiento cuando las personas se “convierten” a Él, y eso da por resultado que ellas hagan “obras dignas de arrepentimiento”.

Por tanto, en Hechos 26:20, Dios está definiendo el arrepentimiento como convertirse a Él y obedecer la Biblia, los mandamientos de Dios.

En Ezequiel 18:30, leemos:

Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor.  Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina.

En este versículo, Dios relaciona el mandato “Convertíos” (o “Arrepentíos” en la versión inglesa de King James) con la acción de “apartarse de todas vuestras transgresiones”.  De nuevo aquí, el arrepentimiento tiene que ver con el hecho de apartarse del pecado, y por lo tanto, de obedecer la Bibliba.

En Jeremías 8:6, leemos:

Escuché y oí; no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su propia carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la batalla.

En Jeremías 8:6, Dios implica que el hombre debe arrepentirse de “su mal”.  Eso significa que el hombre debe apartarse de su pecado y obedecer la Biblia.   Una vez más, Jeremías 8:6 define el arrepentimiento como “apartarse del pecado y obedecer la Biblia”.

En Mateo 21:28-29, leemos:

28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña.

29 Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.

Según leemos aquí, el mandato era de ir y trabajar en la viña, pero el hijo dijo que no.  Él desobedeció al padre.  Pero más tarde, “arrepentido, fue”.  Dios define, pues, el arrepentimiento como apartarse del pecado y obedecer.

En Hechos 8:22, leemos:

Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón.

Hechos 8:22 es un mandato que Pedro, por inspiración del Espíritu Santo, le dio a Simón.  Este versículo también confirma que el arrepentimiento tiene que ver con el hecho de apartarse del pecado y obedecer la Biblia.

En Mateo 12:41, leemos:

Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar.

En Mateo 12:41 dice que los habitantes de Nínive se arrepintieron.  En Jonás 3:5-10, leemos acerca de su arrepentimiento:

5 Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos.

6 Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza.

7 E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua;

8 sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos.

9 ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos?

10 Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.

En el versículo 8 leemos el mandato “conviértase cada uno de su mal camino”; y en el versículo 10, vemos la evaluación que hace Dios al respecto: - “se convirtieron de su mal camino”.  Jonás 3:5-10 da la definición del arrepentimiento al que Dios hace alusión en Mateo 12:41. 

Estos son algunos pasajes que muestran cómo define la Biblia el arrepentimiento.  No obstante, hay otros pasajes que podrían ser citados. 

 

Vemos, pues, que Dios define el “arrepentimiento” como “apartarse del pecado para obedecer la Biblia”. 

 

Los que no son salvos no se arrepentirán ni se convertirán a Dios con todo su corazón a no ser que Dios los atraiga.  Los siguientes versículos muestran que Dios es Quién tiene que darle al hombre el arrepentimiento.

Hechos 5:31  A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.

Hechos 11:18  Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!

Romanos 2:4  ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?

2 Timoteo 2:25  Que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizás Dios les conceda que se arrepientan, para conocer la verdad.

 

En resumen, hemos aprendido la definición bíblica del arrepentimiento.

 

La Biblia define el arrepentimiento como “apartarse del pecado para obedecer la Biblia”.

 

A continuación, debemos examinar qué quiere decir la Biblia cuando habla de de doblar la rodilla y confesar con la lengua.

 

Tenemos que responder esta pregunta importante: - ¿El hecho de doblar la rodilla y confesar con la lengua indica que el individuo se ha apartado del pecado, es decir, que se ha arrepentido?

 

Analizaremos por separado cómo define la Biblia la acción de “doblar” o “inclinarse” y la de “confesar”.  En primer lugar, vamos a considerar de qué manera se usa en la Biblia el concepto de “doblar” o de “inclinarse”.

El concepto de “doblar” o “inclinarse” se usa en la Biblia como señal de derrota.  El enemigo se inclina ante el vencedor.  Eso será cierto con respecto a los que no son salvos en el Día del Juicio.  Ellos se doblarán o inclinarán derrotados. 

Además, el concepto de “doblar” o de “inclinarse” también se usa en la Biblia de diversas maneras.  Vamos a analizar algunos versículos que enseñan cómo Dios usa este principio en la Biblia.

En Génesis 23 hay dos versículos que muestran que Abraham se inclinó delante de los hijos de Het:

Génesis 23:7  Y Abraham se levantó, y se inclinó al pueblo de aquella tierra, a los hijos de Het.

Génesis 23:12  Entonces Abraham se inclinó delante del pueblo de la tierra.

En Génesis 23 leemos que Sara había muerto y Abraham necesitaba comprar una porción de tierra para sepultarla.   Él quería comprarles esa tierra a los hijos de Het.  En los versículos 7 y 12 dice que Abraham “se inclinó” delante de los hijos de Het.  Lo hizo en señal de respeto o de reverencia hacia aquel pueblo. 

Abraham no estaba arrepintiéndose ni cambiando de actitud en su corazón para adorar a los hijos de Het ni a sus dioses. 

 

Los versículos 7 y 12 de Génesis 23 muestran que en algunas ocasiones, el concepto de “inclinarse” en la Biblia no se usa para indicar que el individuo se ha arrepentido y se vuelve para servir a alguien, sino como señal de respeto y de reverencia. 

 

En 3 versículos de Génesis 33 dice que la familia de Jacob “se inclinó” delante de Esaú:

Génesis 33:3  Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su encuentro.

Génesis 33:6  Luego, vinieron las siervas, ellas y sus niños, y se inclinaron.

Génesis 33:7  Y vino Lea con sus niños, y se inclinaron; y después llegó José y Raquel, y también se inclinaron.

En cada uno de los versículos anteriores leemos de miembros de la familia de Jacob que “se inclinaron” delante de Esaú.  Lo hicieron para mostrarle respeto y reverencia a Esaú, no porque estuvieran arrepintiéndose ni  cambiando de actitud en su corazón para servir a Esaú ni a sus dioses.

 

Los versículos 3, 6 y 7 de Génesis 33 muestran que, en algunas ocasiones, Dios no usa el concepto de “inclinarse” para indicar que un individuo se ha arrepentido o se vuelve para servir a otro, sino como símbolo de respeto y de reverencia. 

 

En Números 22:31, leemos:

Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano.  Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro.

En Números 22:31 se habla de cuando Dios llamó a Balaam y puso en su boca profecías maravillosas para el verdadero Israel de Dios.

La Biblia enseña que Balaam nunca llegó a ser salvo y no tiene nada que decir con respecto a él.  En el Nuevo Testamento hay dos versículos en los que Dios hace su evaluación acerca de Balaam:

 2 Pedro 2:15  Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad.

Judas 11  ¡Ay de ellos! Porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.

Balaam no era salvo y tampoco hay ninguna evidencia de que él quisiera servir a Dios con un corazón sincero.  Por ejemplo, en Números 24:1, leemos:

Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel, no fue, como la primera y segunda vez, en busca de agüero, sino que puso su rostro hacia el desierto.

Balaam “puso su rostro hacia el desierto” para evitar pronunciar las bendiciones maravillosas para Israel que Dios estaba poniendo en su boca.  Cuando examinamos a Balaam con cuidado, vemos que él no tenía ningún deseo de servir a Dios ni de obedecerle con un corazón sincero.

Sin embargo, en Números 23:31 dice que Balaam se inclinó delante de Dios.  El corazón de Balaam no estaba arrepentido ni estaba dispuesto en su corazón a obedecer a Dios.  Antes bien, Balaam fue forzado a reconocer a Dios y a darle cierto respeto y reverencia. 

 

A continuación, hay 3 versículos más en los cuales se habla de personas que se inclinaron delante de otras personas:

1 Samuel 24:8  También David se levantó después, y saliendo de la cueva dio voces detrás de Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia.

2 Samuel 14:33  Vino, pues, Joab al rey, y se lo hizo saber.  Entonces llamó a Absalón, el cual vino al rey, e inclinó su rostro a tierra delante del rey; y el rey besó a Absalón.

1 Reyes 1:53  Y envió el rey Salomón, y lo trajeron del altar; y él vino, y se inclinó ante el rey Salomón.  Y Salomón le dijo: Vete a tu casa.

En 1 Samuel 24:8, David se inclinó delante del Rey Saúl.  David no se estaba arrepintiendo de nada ni cambiando de actitud en su corazón para servir a Saúl o a sus dioses.  David no estaba más que mostrándole respecto y reverencia al rey.  En 2 Samuel 14:33, Absalón se inclinó delante de su padre, el Rey David.  Absalón ciertamente no estaba arrepintiéndose de nada de lo que había hecho ni estaba cambiando de actitud en su corazón para servir a David ni a Dios.  Después de esto, Absalón juntó a cierto número de seguidores para derrocar el reino de su padre.   En 1 Reyes 1:53, Adonías, el hermano del Rey Salomón, se inclinó delante de éste.  Adonías tampoco estaba volviéndose arrepentido a Dios ni al Rey Salomón.  En el capítulo siguiente dice que Adonías continuó adelante con su plan para tratar de arrebatarle el reino al Rey Salomón casándose con una de las esposas de su padre.

 

Ahí tenemos 3 versículos más en los que Dios no alude al hecho de “inclinarse” para indicar que alguien se arrepiente o se vuelve en obediencia a Dios sino simplemente como señal de respecto o de reverencia.

 

En Isaías 2:9-21, Dios describe cómo será la “inclinación” de los que no son salvos en el Día del Juicio.   Leemos en este pasaje:

9 Y se ha inclinado el hombre, y el varón se ha humillado; por tanto, no los perdones.

10 Métete en la peña, escóndete en el polvo, de la presencia temible de Jehová, y del resplandor de su majestad.

11 La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día.

12 Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido;

13 sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán;

14 sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados;

15 sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte;

16 sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas.

17 La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo Jehová será exaltado en aquel día.

18 Y quitará totalmente los ídolos.

19 Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra.

20 Aquel día arrojará el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase,

21 y se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levante para castigar la tierra.

Leemos acerca de esta “inclinación” de los que no son salvos delante de Dios el Día del Juicio en los versículos 9, 11 y 17.

Isaías 2:9-21 hace alusión al Día del Juicio, cuando los que no son salvos se inclinarán ante Dios.  El lenguaje de este pasaje es similar al que encontramos en Apocalipsis 6:12-17 con respecto al Día del Juicio.  Tenemos un estudio donde se examinan estos y otros pasajes correlativos.

 

EL DÍA DEL JUICIO, LOS QUE NO SON SALVOS DESEARÁN

LA ANIQUILACIÓN, PERO NO PODRÁN CONSEGUIRLA

(en inglés)

 

A los efectos de este estudio, el punto importante es que en Isaías 2:9-21, encontramos 3 versículos en los que Dios dice que los que no son salvos “se inclinarán” ante Él en el Día del Juicio.   Sin embargo, no leemos nada que indique que habrá arrepentimiento ni vuelta a Dios en obediencia en ese pasaje.

 

Hemos visto, pues, cierto número de versículos en los que Dios habla acerca de un individuo que “se inclina” ante otro sin que en ese contexto se aluda al arrepentimiento ni a la disposición del primero para obedecer al segundo.  Más bien, la inclinación en esos casos indica derrota, sumisión, reverencia o respeto.

Por lo tanto, cuando Dios dice que toda rodilla se doblará, Él no tiene por qué estar hablando de arrepentimiento.  Dios usa esa figura como expresión de derrota, de sumisión, de reverencia o de respeto.

 

La segunda cosa a la que se hace referencia en Isaías 45:23, en Romanos 14:11 y en Filipenses 2:10-11 es al hecho de “confesar” o “jurar”.  Leemos en esos pasajes:

Romanos 14:10-12:

10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.

11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.

12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

 

Filipenses 2:9-11:

9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;

11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

 

Isaías 45:23

Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.

 

Hay quienes argumentan que los verbos “confesar” y “jurar” indican arrepentimiento o un cambio de actitud para obedecer a Dios.  Para saber si esa afirmación es cierta, debemos examinar de qué manera la Biblia usa estos dos verbos.

En Lucas 22:3-6, leemos:

3 Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce;

4 y éste fue y habló con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entregaría.

5 Ellos se alegraron, y convinieron en darle dinero.

6 Y él se comprometió <1843>, y buscaba una oportunidad para entregárselo a espaldas del pueblo.

El vocablo griego traducido como “confesar” en Romanos 14:11 y en Filipenses 2:11 se encuentra también en Lucas 22:6 y aparece como una forma del verbo “comprometerse” – a saber “se comprometió”.

Según leemos en Lucas 22:3-6, Judas se puso de acuerdo con los líderes judíos para traicionar al Señor Jesús.  Él fue a los principales sacerdotes y ellos se alegraron y “convinieron” o acordaron darle dinero para que traicionara al Señor Jesús.

A cambio, Judas “se comprometió” o “confesó” estar de acuerdo con el convenio.

Por tanto, esta palabra griega en particular traducida como “confesar” en Romanos 14:11 y en Filipenses 2:11 puede usarse para hablar de un incrédulo.  Un incrédulo como Judas no dio ninguna señal de que estaba arrepentido ni de que cambiaba de actitud en su corazón para obedecer a Dios.   De hecho, su última acción al suicidarse fue un pecado más que cometió.   No hubo, pues, ningún arrepentimiento por parte de Judas.

En Lucas 23:6, cuando Judas “se comprometió” o les “confesó” a los principales sacerdotes que estaba de acuerdo, no hubo ningún arrepentimiento ni se volvió tampoco a Dios ni a los dioses de los principales sacerdotes.  Judas simplemente estaba aceptando un acuerdo, pero no estaba arrepentido ni dispuesto a servir ya fuera a Dios o a los principales sacerdotes.

En Isaías 45:23, Dios usa el verbo “jurar”.   Vamos a considerar algunos versículos donde que contienen la misma palabra hebrea.   La cuestión radica en determinar si esta palabra hebrea traducida como “jurar” indica que el individuo se arrepiente o se vuelve a Dios en obediencia.

Vemos esta misma palabra hebrea en cierto número de versículos en los que alguien que jura lo hace falsamente y no con un corazón sincero:

Levítico 6:1-5:

1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:

2 Cuando una persona pecare e hiciere prevaricación contra Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o bien robare o calumniare a su prójimo,

3 o habiendo hallado lo perdido después lo negare, y jurare <7650> en falso; en alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre,

4 entonces, habiendo pecado y ofendido, restituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia, o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló,

5 o todo aquello sobre que hubiere jurado <7650> falsamente; lo restituirá por entero a aquel a quien pertenece, y añadirá a ello la quinta parte, en el día de su expiación.

Salmo 24:4  El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas ni jurado  <7650> con engaño.

Jeremías 5:2  Aunque digan: Vive Jehová, juran <7650> falsamente

Zacarías 5:4  Yo la he hecho salir, dice Jehová de los ejércitos, y vendrá a la casa del ladrón, y a la casa del que jura <7650> falsamente en mi nombre; y permanecerá en medio de su casa y la consumirá, con sus maderas y sus piedras.

Malaquías 3:5  Y vendré pronto a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran  <7650> mentira, los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.

 

Cada uno de los versículos anteriores hace referencia a individuos que juran pero no de verdad.  Juran falsamente.  Hacen un juramento pero no lo hacen de verdad.  De hecho, a lo que aluden los versículos anteriores es a la mentira – es decir, que todo aquél que “jura falsamente” miente.  No dice la verdad.

Jura falsamente, y eso no es arrepentimiento.  Como fue demostrado anteriormente, el arrepentimiento es volverse o cambiar de actitud para obedecer a Dios, y eso implica que el que se arrepiente lo haga con un corazón sincero.  En los versículos que acabamos de leer se usa la misma palabra hebrea que se traduce como “jurar” cuando se habla de alguien que hace un juramento, pero no lo hace de verdad.

En cuanto a los que no son salvos en el Día del Juicio, ellos “jurarán” ante Dios, podríamos pensarlo de ese modo.  En el Día del Juicio, los que no son salvos tendrán que “jurar” o reconocer que Dios existe y que Él es Quién los gobierna.  En su corazón, ellos estarán mintiendo porque no creen que Dios deba gobernarlos.  Su “juramento”, por tanto, será falso por cuanto persisten en Su rebelión contra Él.   No habrá arrepentimiento alguno en sus corazones.

 

Hemos analizado tres verbos – “inclinarse”, “confesar” y “jurar” – que se encuentran en Isaías 45:23, en Romanos 14:10-12 y en Filipenses 2:9-11, y según hemos descubierto, esos verbos no significan  necesariamente que haya arrepentimiento ni un cambio de actitud para obedecer a Dios. 

Por lo tanto, el hecho de que los que no son salvos no se arrepientan en el Día del Juicio no indica que Isaías 45:23, Romanos 14:10-12 y Filipenses 2:9-11 no se refieran también a los que no son salvos.

 

Vamos a continuar nuestro estudio examinando Filipenses 2:9-11.

 

EXAMINAREMOS AHORA FILIPENSES 2:9-11 DONDE SE HABLA DEL MISMO ASUNTO.

Leemos en ese pasaje:

Filipenses 2:9-11:

9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;

11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Observen la similitud del lenguaje con respecto al hecho de doblar la rodilla y confesar al Señor Jesús en Filipenses 2:10-11 y en Romanos 14:11. 

En Filipenses 2:11, Dios usa el mismo vocablo griego traducido como “confesar” que Él usó en Romanos 14:11 y que Él usa también en Lucas 22:6, cuando Judas, un incrédulo, “se comprometió” o confesó su acuerdo con los líderes judíos. 

 En Filipenses 2:5-8, Dios hace hincapié en la manera en que el Señor Jesús se humilló a Sí Mismo al tomar una naturaleza humana y hacerse el siervo sufriente que padeció la muerte vergonzosa de la cruz.

Y entonces, en el versículo 9, Dios dice que por haberse humillado a Sí Mismo, Dios “lo exaltó hasta lo sumo” y le dio “un nombre que es sobre todo nombre”.

 

¿Hay alguna duda en cuanto a que la frase “todo nombre” incluye a todos los seres humanos, tanto a los que son salvos como a los que no son salvos?

 

No hay ninguna duda de que la frase “todo nombre” en Filipenses 2:9 se refiere a toda la humanidad – tanto a los que no son salvos como a los que no son salvos.

El Señor Jesús está por encima de todos los seres humanos y por encima de toda la creación de Dios.  Cristo es sobre todos.  Eso incluye no solamente a los salvados sino también a los que no lo son.

Entonces, en los versículos 10 y 11, Dios dice cuál es el resultado o cómo se pone en evidencia el hecho de que el nombre de Cristo es sobre todo nombre. 

Dios comienza el versículo 10 con la frase “Para que”.  El vocablo griego traducido así modifica la gramática y la ortografía griegas de los versículos 10 y 11 para mostrar que hay una relación causa-efecto entre los versículos 10-11 y el versículo 9.

 

En otras palabras, Dios relaciona los versículos 10 y 11 con el versículo 9 por medio de la frase “para que” a fin de que los dos últimos versículos sean la evidencia o el resultado del versículo 9.  Dios está diciendo, pues, que como el nombre de Cristo está por encima de todos los seres humanos, entonces, todos los seres humanos deben doblar la rodilla y confesarlo.

Vemos ese mismo vocablo griego traducido como “para que” o como “que” en los siguientes versículos:

Mateo 1:22  Todo esto aconteció para que <2443> se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:

Mateo 18:14  Así que no es la voluntad de vuestro Padre, que está en los cielos, que <2443> se pierda uno de estos pequeños.

Mateo 26:56  Mas todo esto sucede, para que <2443> se cumplan las Escrituras de los profetas.  Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.

Juan 6:39  Y ésta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que <2443> de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

Juan 6:40  Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que <2443> todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

 

Estos versículos muestran de qué manera se usa en la Biblia este vocablo griego traducido como “para que” y como “que” en algunos casos.   Ese vocablo establece una relación causa-efecto entre las dos oraciones.  Por ejemplo, en Mateo 1:22 leemos que esas cosas sucedieron para que se cumpliera la profecía del Antiguo Testamento.

Eso mismo es cierto con respecto a Filipenses 2:9-11.  En el versículo 9, Dios dice que el nombre de Cristo es sobre todos los nombres, y eso incluye los nombres de todos aquellos que no son salvos.

Y entonces, en los versículos 10 y 11 dice que como resultado de eso, todos los seres humanos – incluyendo a los que no son salvos – deben doblar su rodilla y confesar a Cristo como Señor.

Dios está diciendo que puesto que Cristo está por encima de todos los seres humanos, incluyendo a aquellos que no son salvos, todos los seres humanos, incluyendo a los que no son salvos, deben doblar su rodilla y confesar a Cristo.   Confesar es un reconocimiento consciente.

 

Dios dice, pues, que toda rodilla se doblará y que toda lengua confesará “para la gloria de Dios Padre”.

 

El programa de salvación le da gloria a Dios.  Sin embargo, el programa de juicio también le da gloria a Dios.  En Josué 7 leemos acerca de Acán, un hombre que no era salvo.

En Josué 7:19 dice:

Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras.

Después de esto, Acán fue apedreado.  Acán cayó bajo el juicio de Dios y fue apedreado.  Sin embargo, según dice aquí, aquello también le dio “gloria” a Dios.

Eso está de acuerdo con Filipenses 2:11, donde leemos que el hecho de doblar la rodilla y confesar a Cristo le da “gloria” a Dios. Acán hizo confesión.

 

LA EVIDENCIA BÍBLICA MUESTRA QUE SOLAMENTE UN PEQUEÑO POR CIENTO DE SERES HUMANOS LLEGAN A SER SALVOS.

 

Si cambiamos el adverbio “toda” en los versículos 10 y 11 y limitamos lo que dicen esos versículos únicamente a los salvados, estaremos forzando Filipenses 2:9-11 para que diga:

9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

10 para que en el nombre de Jesús un pequeño por ciento de rodillas de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;

11 y un pequeño por ciento de lenguas confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Si cambiamos el adverbio, estaremos cambiando esos versículos para que digan que puesto que Cristo es sobre todo nombre, un pequeño por ciento doblará sus rodillas y confesará a Cristo.  Pero eso no es lo que Dios indica en Filipenses 2:9-11.

Por medio de la frase “para que” al principio del versículo 10, Dios usa los versículos 10 y 11 como una prueba o una evidencia de que el nombre de Cristo es sobre todo nombre.

La demostración de que Cristo está por encima de todos, incluyendo a los que no son salvos, es lo que Dios dice en los versículos 10 y 11 – a saber, que  toda rodilla se doblará y toda lengua confesará,

 Es por eso que Dios usó esto vocablo griego en particular traducido como “para que” al comienzo del versículo 10.   Dios hace que los versículos 10 y 11 sean la evidencia o el resultado del hecho establecido en el versículo 9.

La evidencia o el resultado de que el nombre de Cristo es sobre todo nombre (sobre los nombres de todos los seres humanos) es que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará a Dios.

 

El vocablo griego traducido como “confesar” requiere siempre de la consciencia.  Por lo tanto, los que no son salvos, cuyos cuerpos están durmiendo en el polvo, deberán despertar y estar conscientes para cumplir lo que leemos en Romanos 14:10-12 y Filipenses 2:9-11.

Un examen cuidadoso de Romanos 14:10-12 y de Filipenses 2:9-11 muestra que todos los que no son salvos deberán doblar sus rodillas y confesar a Cristo.  Por lo tanto, los que no son salvos tendrán que despertar y estar de nuevo conscientes en el Día del Juicio para cumplir lo que dicen estos pasajes.

 

A continuación damos un sumario de verdades importantes que enseñan estos pasajes:

1.     El adverbio “todos” en Romanos 14:10 incluye a los que no son salvos porque en ese versículo se está hablando de aquél que juzga a su prójimo, y ésa es una actividad común entre los que no son salvos.

2.     Isaías 45:23 no nos ayuda a determinar a quiénes se refiere el adverbio “toda” en Romanos 14:11.  Solamente a partir de Isaías 45:23 no podemos decir si ese adverbio incluye a los que no son salvos o no.

3.     Los adverbios “todos” y “toda” en Romanos 14:10-12 hacen alusión a lo mismo.  Hay un solo contexto en esos versículos.  Sin embargo, en 1 Corintios 15:22, Dios sí habla de dos “todos” diferentes – uno “en Adán”, y el otro “en Cristo”.  Debemos considerar cuidadosamente el contexto de un pasaje siempre.

4.     El adverbio “toda” en Romanos 14:12 tiene que referirse a todos los seres humanos porque todos ellos son responsables ante Dios.  Dios incluyó en los adverbios “todos” y “toda” en Romanos 14:10-12 tanto a los que son salvos como a los que no lo son.  El contexto de estos tres versículos es el mismo.

5.     El vocablo griego traducido como “confesar” en Romanos 14:11 y en Filipenses 2:11 también se encuentra en Lucas 22:6 donde leemos que Judas se comprometió.  Por lo tanto, este vocablo puede referirse a una persona que no es salva.

6.     Con la frase “porque escrito está” en Romanos 14:11, Dios define que “comparecer ante el tribunal de Cristo” significa que “a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua”.  Por consiguiente, los que no son salvos tendrán que despertar y estar conscientes para “confesar” a Dios.

7.     La Biblia no usa el vocablo griego traducido como “tribunal” para aludir a una comparecencia continua ante un juez sino a la comparecencia en un momento determinado en el que podría dictarse una sentencia.  Este vocablo no implica que tenga que celebrarse ningún juicio.

8.     Dios escribió Romanos 14:10-12 usando verbos en tiempo futuro al decir que “todos compareceremos ante el tribunal de Cristo”.  Eso enseña que la comparecencia ante el tribunal no es ahora sino que tendrá lugar en el futuro.

9.     La comparecencia futura ante el tribunal está de acuerdo con la secuencia de eventos descritos en Apocalipsis 20:11-12 y en 21:1-2.

10. Filipenses 2:9-10 enseña que una evidencia o una demostración del hecho de que Cristo está sobre todos – incluyendo a los que no son salvos – es que todos – incluyendo a los que no son salvos – doblarán sus rodillas y confesarán a Cristo.  La confesión requiere un despertar consciente por parte de los que no son salvos.

 

Un examen cuidadoso de Romanos 14:10-12 y de Filipenses 2:9-11 ha puesto de relieve múltiples evidencias que indican que los que no son salvos que están durmiendo al presente en el polvo tendrán que despertar y estar conscientes para “confesar” que Cristo gobierna sobre ellos.

 

 

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